martes, 21 de septiembre de 2010

El Cairo (Egipto)

A un lado cámaras de fotos, gafas de sol y crema de protección solar; al otro, botellas de agua, separadores de hojas de papiro y escarabajos de la suerte; en medio, un fino muro flanqueado por guías turísticos y protección policial: Welcome, estamos en Egipto.



La maravilla entre el caos

Cuando Keops construyó su tumba hace más de 4.000 años, no alcanzó a imaginar que la inmortalidad que tanto ansiaba, perduraría hasta nuestros días.
La pirámide de Keops es considerada como la primera maravilla del mundo, por ser la única maravilla del mundo antiguo que sigue en pie. Con sus 137 metros de altura (la altura inicial era de 147 metros) y una base de más de 5 hectáreas, no es comparable a ningún otro monumento levantado por manos humanas. Fue necesario para su construcción 2.300.000 bloques de piedra, cuyo peso medio es de 2 toneladas y media por bloque, llegando a pesar algunos de ellos hasta las sesenta toneladas.
Si los datos que se conocen con exactitud otorgan a este monumento la grandeza que merece, los que se desconocen ponen de manifiesto el misterio que lo envuelve. Todavía hoy, a pesar de la tecnología tan avanzada con la que contamos, no se sabe cómo se construyó, ni esta, ni las dos pirámides restantes de la necrópolis de Giza, la de Kefren y Micerinos.
En la época en la que fueron construidas Giza era pleno desierto, para ponerle más difícil su acceso a los saqueadores de tumbas que robaban el oro y los objetos de valor con los que eran enterrados los faraones. En la actualidad quedan perfectamente integradas en El Cairo, que incluso debido a su inmensidad, se pueden ver desde algunos puntos de la ciudad. No desde el centro.
Desde Giza al centro de El Cairo en taxi podemos tardar en llegar desde tres cuartos de hora, hasta una hora y media, todo dependerá del tráfico que haya en ese momento. Ahora bien, desde que se pone un pie en el taxi la “aventura” está garantizada, no apta para quienes no toleren la conducción temeraria.
Con su alrededor de 20 millones de habitantes y sus más de 2 millones de vehículos en circulación cada día, sin señales de tráfico, ni semáforos, el claxon se convierte en la única manera de avisar al resto de vehículos de las maniobras que vas a realizar y a los peatones de que vas a pasar, sin la menor intención de parar.
Si se prefiere se puede ir en metro que está bien acondicionado, limpio y llega a todos los puntos de interés de la ciudad. Si eres mujer y viajas en compañía masculina, es recomendable que os metáis todos en el vagón destinado a los hombres, al revés las mujeres podrían llegar a sentirse violentadas.
Al margen del tráfico, con el que hay que ser muy cautos a la hora de cruzar la calle, El Cairo es una ciudad bastante segura por la que caminar y muy interesante. Distintas culturas y religiones han impreso en ella a lo largo de los siglos una huella imborrable, que le otorga un atractivo especial.
En el siglo IV algunos egipcios decidieron abrazar al Cristianismo, sus herederos son quienes se conocen como los coptos. Existen más de 900 mil en todo El Cairo y la máxima expresión de su arte está concentrada en una zona de la parte antigua que se conoce como el barrio copto.
Pero en la actualidad, los cristianos egipcios viven repartidos por todo El Cairo, y por lo que nos contó George, un joven egipcio cristiano estudiante de español, se sienten un poco extraños viviendo en una ciudad, su ciudad, de apabullante mayoría musulmana. De hecho su padre que tenía varios comercios en El Cairo se ha tenido que ir a trabajar a Nueva York, ante las insistentes advertencias escritas en la persiana de una de sus tiendas, que le “animaban” a que se hiciera musulmán.
La religión siempre aparece a lo largo de la historia como elemento indispensable a la hora de encontrar una excusa perfecta para hacerse con el poder. La historia de Egipto no es una excepción y más teniendo en cuenta la ubicación tan estratégica con la que cuenta este país.
En 1806 Mehmet Alí, en nombre del sultán del Imperio Otomano, toma el control de Egipto. Como gobernador de este país llevó a cabo numerosas reformas hasta que finalizó su mandato en 1848, por las cuales ha sido considerado como el fundador de El Cairo moderno.
De las obras arquitectónicas más importantes con las que cuenta este periodo es la Mezquita de Alabastro, situada en una pequeña montaña llamada Muzzattam y desde la cual hay unas vistas impresionantes de la ciudad. Como su propio nombre indica, dicha mezquita está recubierta de alabastro tanto en su parte exterior, como en la interior y decorada con mármol y grabados de estuco. Una maravilla digna de ver, como el resto de Egipto, cuya historia está llena de inagotables pequeñas y grandes anécdotas, que dotan a este país del privilegio de ser uno de los países más interesantes del mundo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario